Sunday, February 10, 2008

En la cuerda floja..



Vuelvo a dejar un testimonio después de meses de silencio. La vida se me volvió complicada pero ya aprendí a mantenerme seguro viviendo en la cuerda floja.
Han tenido que pasar encuentros gozosos y luego dolorosas despedidas, una que otra definitiva y absoluta pero indispensable para aprender la lección. Sólo de esta manera, en la alegría y en el dolor, cotidianamente, sin evasiones, se aprende a obtener de la vida todas sus bondades y su significado.

Una de las más dolorosas pérdidas que me condujeron a aquilatar la vida fue el suicidio de un amigo entrañable y cercano. Jamás hubiera podido imaginar la fragilidad de un joven fuerte físicamente, atractivo, educado, icono real de una generación que ha vivido el boom educativo e informativo de nuestros tiempos. Parecía que la muerte había sido vencida o por lo menos ahuyentada a los rincones más lejanos y menos visibles de nuestro acontecer diario. Pareciera que viviera la muerte en otros países, en otros escenarios, no en el nuestro. Y su presencia repentina, en medio de mi mundo, en el mismo corazón de éste, me anonadó. Atacó la parte más lucida, mas entrañable y amada. ¡Ay! ¡Me dejó con el alma vacía!

Y paradójicamente, la muerte llegó a afirmar la vida, a darle relieve y significado. Había olvidado que vivir no es disfrutar un buen ingreso, una linda casa, los amigos y amigas entrañables, los hijos, el blog y la comunicación instantánea...La vieja muerte, aterradora, implacable, pero también sabia y maestra, llegó para imponer límites, marcar prioridades, organizar, regular e imponer metas a la vida. Y reclamar su lugar en la dualidad vida muerte, dos caras de una misma realidad, aunque a veces queramos negarla y aceptarla. Una dualidad que ahora veo a cada instante y que como los extremos de la vara del equilibrista, vida, muerte, me permite avanzar con seguridad en el hermoso camino de la vida y disfrutar de las vistas hermosas que se abren a cada paso, con asombrosa serenidad e íntima confianza. ¡Gracias muerte, por tus enseñanzas!